domingo, 24 de abril de 2016

CUATRO APORTES SOBRE EL FRENTE CIUDADANO

 1-     PARA IR PENSANDO EL PORQUE DEL FRENTE CIUDADANO ..
Tato Osorio
El sistema económico llamado neoliberalismo es una gran “timba económica”, protagonizada por la lumpen burguesía que responde a una antiética de códigos mafiosos donde prima el individualismo mas descarnado.,
ELLO IMPLICA al decir de Miguel Andrés Brenner. (Agosto de 2000 " Neoliberalismo y educación") :
- La desregulación o eliminación de toda norma para el capital extranjero implica un Estado que debe no debe supeditarse a las necesidades de los sectores populares, o sea el denominado Estado Mínimo, que sin embargo se convierte en un Estado Fuerte para los intereses de la constante acumulación de tasas de ganancias.
-La privatización de las empresas estatales y de las instituciones que ofrecen servicios sociales (salud, educación, sistemas de jubilación, construcción de viviendas, etc.) con la consiguiente reducción del rol del Estado y de los gastos sociales por cuanto se pretende suponer que el mercado reemplazará al Estado en la regulación de los intereses sociales. En realidad, la solidaridad y el mercado son antagónicos. Los servicios sociales dentro del parámetro de la Oferta y la Demanda significa disolver la solidaridad.
-Disolver la solidaridad significa disolver lo público (para Hegel, filósofo alemán de la modernidad, el Estado representaba al “espíritu de la comunidad organizada”). ¿Cuáles mecanismos son utilizados a tal efecto? Aquellos denominados como descentralización, tanto desde el punto de vista financiero, administrativo, etc. en todos los ámbitos del espacio público. La descentralización no entendida como democratización del poder, sino como atomización social.
-Así, lo colectivo debe disolverse en lo individual.
Pierre Bourdieu, publicó en el periódico El Mundo Diplomático de marzo de 1998 explicando la era de la globalización, lo siguiente: “Se trata de una destrucción de todas las instancias colectivas capaces de contrarrestar los efectos de la máquina infernal, en primer lugar el Estado, depositario de todos los valores universales asociados a la idea de lo público, y la imposición, en todas partes, en las altas esferas de la economía del Estado, o en el seno de las empresas, de una especie de darwinismo moral, el que, con el culto al ganador...instaura como norma de todos las prácticas de la lucha de todos contra todos y el cinismo.”


2-     CONSTRUYENDO EL FRENTE CIUDADANO.
Tato Osorio

."Hoy volvió la política al centro del escenario y habló del futuro y de las asignaturas pendientes para poder construir, más temprano que tarde, un frente tan amplio y ciudadano que sea capaz de abarcar a todos los perdedores y agredidos del gobierno neoliberal vigente".  (Jorge Giles)
 Después del discurso de CFK   aparecen toda clase de intérpretes, interesados en dar una visión direccionada del mensaje.

EL Frente Ciudadano no es La Hora de los Pueblos, aquella alianza superestructural que armó Perón para oponerse a la dictadura de Lanusse. Tampoco es el FRECILINA la otra Alianza que arm{o Per{on para ganar las elecciones con la formula CAMPORA- SOLANO LIMA .
Digo esto porque hay varios compañeros que están queriendo meterse en roscas de alianzas de cúpulas.
 Esta vez la construcción va de abajo para arriba. Hay muchísimas organizaciones sociales y políticas que apoyan al proyecto nacional y popular y el liderazgo de Cristina, y donde no hay las tenemos que construir. Una vez más recuerdo la frase nodular de su discurso. "Se los dije el 9 de diciembre, cuando los dirigentes no respondan a ustedes, tomen la bandera y marchen adelante. No esperen salvadores ni mesías".  , "el poder es tuyo" dijo la Cris, "cada uno tiene un bastón de mariscal en su mochila" decía Perónn.
No permitamos ahora que aparezacan  disfrazados de apóstoles
Ojo, lea, analice, piense con los compañeros el discurso y la carta que le dejo al Juez, no se deje llevar de la nariz al carro de ningún oportunista, no caigamos de nuevo en el manipuleo que nos hacían con los mensajes del General. Somos grandes y estamos curtidos por años de engaños y traiciones.
En la era de las redes el poder se horizontaliza,  y los ciudadanos  a los que se refiere CFK son fundamentalmente los humildes, porque se es ciudadano  cuando se tienen derechos y  aqu{i estamos queriendo hacer un frente en defensa de esos derechos.
Viene al caso citar a W Uranga cuando describe el concepto de Poder Ciudadano: "Desde el punto de vista estratégico la convocatoria a un “frente ciudadano” puede leerse como una apelación a la responsabilidad que cada ciudadano y ciudadana tiene, en primer lugar, en salvaguardia propia y, de manera concomitante, en defensa de la comunidad, para garantizar la calidad de vida y las condiciones necesarias para ello. Es un llamado a VOLVER A LA POLÍTICA EN SU SENTIDO MAS GENUINO: articular intereses y necesidades con el objetivo del bien común. Una convocatoria que se ubica por encima de los aparatos y de las representaciones, de las rencillas institucionales y de los enfrentamientos por las migajas del poder y del presupuesto."Una vez mas quiero decirlo: DE ABAJO PARA ARRIBA, por favor basta de armar aparatos donde los oportunistas se ponen piel de cordero hasta que muestran las garras, ahora se arman sellos Frente Ciudadano y salen a "organizarse",
 De abajo significa desde el barrio, la escuela, el sindicato, el hospital, la cooperativa la barra de la esquina, la ONG o lo que sea, lo que planteó Cristina es una militancia desde lo social, que incluya a todos, peleando por sus derechos, y horizontal, sin caciques. SE TRATA DE ORGANIZAR LA ACCION SOLIDARIA en defensa de las libertades que nos están conculcando diariamente, se trata de VALORES , de una visión del mundo impregnada de justicia, se trata de la IDEOLOGÍA COMUNITARIA.

El frente ciudadano no debe ser el comienzo de una nueva propuesta reformista conciliadora e idologicamente lavada, la CONFRONTACION  es una premisa fundante de este frente. Estamos confrontando un proyecto de exclusi{on y opresión con nuestro proyecto de solidaridad donde "la patria es el otro". Estamos confrontando con un gobierno que arrebata derechos conquistados .
Lo dice claramente en su discurso CFK:
"Por eso les pido que no se enojen con otros argentinos, y les propongo esencialmente conformar un gran frente ciudadano, un frente ciudadano en el cual no se le pregunte a nadie a quién voto, ni de qué partido es, ni en qué sindicato está, o si es trabajador informal, formal, jubilado no jubilado, si paga ganancias o no paga ganancias, no se le pregunte nada de eso. Solo se le pregunte cómo te está yendo, te está yendo mejor o peor que antes. Entonces ése es el punto de unidad de los argentinos. Reclamar por los derechos que les han arrebatado" y lo dejo escrito ante el juez.
FRAGMENTO DE EL ESCRITO DE CRISTINA ANTE EL jUEZ   "Sin embargo, una vez más la historia se repite y el pasado vuelve a  atrapar a los argentinos: endeudamiento, devaluación,  despidos,  persecuciones políticas, tarifazos en servicios públicos esenciales e  indispensables, estampidas imparables de precios, comercios cerrados,  industrias en crisis, censura y cercenamiento a la libertad de  expresión, son sólo algunas de las calamidades que el nuevo Gobierno ha  provocado en apenas 120 días. Esta verdadera tragedia se convierte en  comedia cuando los rostros de quienes se quieren presentar ante los  argentinos como cruzados contra la corrupción, son los mismos que  durante los ’80 y los ’90 formaron parte de la “Patria Contratista” y su  apellido estuvo indisolublemente ligado a escándalos y negociados con  el EEstado, ubicación de gerentes y directivos de sus empresas en puestos  claves del Gobierno, pasando por el contrabando de autos con sociedades  off shore absueltos por la “mayoría automática”, causal de Juicio  Político a miembros de la Corte Suprema, o la estatización de la deuda  de sus empresas; entre otros hechos de corrupción. No debería entonces  llamarnos la atención que hoy ilustren la primera plana de todos los  medios de comunicación internacionales, junto a otros dirigentes y  mandatarios, algunos de los cuales ya renunciaron, con cuentas y  sociedades en paraísos fiscales que les fueran descubiertas y de las que  nunca le contaron a los argentinos. El Consorcio Internacional de  Periodistas de Investigación presenta el caso “Panamá Papers” en su  página web bajo el título de: “Gigante fuga de registros financieros off  shore expone la matriz mundial de la delincuencia y corrupción”  (el subrayado me pertenece). Un escándalo global sin precedentes que  trata de ser ocultado, sin conseguirlo, con el remanido recurso de  denuncias y despliegue de mediáticas acciones judiciales.
Es  que el que el Plan de Ajuste y Miseria vuelve a requerir una vez más,  de la difamación y la calumnia para su implementación, bajo el mismo  pretexto de que los dirigentes que defendieron y defienden los intereses  populares y nacionales son corruptos sin remedio. Esta metodología no  sólo es claramente visible en nuestro país, sino que se replica a escala  regional como una matriz diseñada por expertos de otras latitudes".

  BIBLIOGRAFIAS Y LINKS
http://www.piketes.com.ar/www/latinoamerica/argentina/municipalizacion/2.htm

3-     Ciudadanía
Edgardo Mocca
Más allá del clima emocional que la rodeó, la intervención de Cristina Kirchner en el acto popular que la recibió en Comodoro Py produjo una novedad política y discursiva de mucha importancia. La ex presidenta propuso un “frente ciudadano”. Puso el sustantivo “frente”, característico de las propuestas populares y de izquierda a través del siglo XX, al lado de una expresión a la que suele ser más frecuente encontrar en el vocabulario liberal o liberal-democrático. La palabra frente tiene algo así como una doble historia: por un lado, los frentes realmente existentes, sustentados en acuerdos entre fuerzas y sectores diferentes que acuerdan unirse en una circunstancia concreta, sobre la base de una plataforma común; por otro lado, la palabra fue utilizada como síntesis de una determinada estrategia política, para designar el arco de fuerzas factible de ser unida en una coyuntura determinada, aún cuando tal unidad no se hubiera hecho todavía efectiva. En la historia de las izquierdas posterior a la Primera Guerra y a la Revolución Rusa, la definición del frente a construir, y particularmente el grado de su amplitud, fue un factor central de las disputas políticas y una de las causas frecuentes de sus divisiones. Frente obrero, frente popular, frente democrático... cada formulación traía consigo un grado distinto de radicalidad y amplitud política, cuyos respectivos extremos eran el sectarismo y el oportunismo.

Curiosa palabra la elegida por la ex presidenta para un frente que, por lo menos por ahora, pertenece a la especie de las fórmulas estratégicas y no a la de los acuerdos políticos reales. El comienzo del apogeo de la ciudadanía puede ubicarse en la Revolución Francesa, nada menos que en el contexto de la proclamación de los derechos “del hombre y del ciudadano”. Es decir, fue la revolución burguesa la que puso en el centro el concepto de ciudadanía, como fundamento cultural de la común pertenencia a un estado-nación. Fue Thomas Marshall, un sociólogo y economista inglés, quien en 1949 formulara una interesante interpretación de la ciudadanía en el contexto del capitalismo. Se trata de una perspectiva optimista que piensa la historia de la ciudadanía en occidente, en términos de evolución progresiva y hasta rectilínea: el siglo XVIII es el siglo de la “ciudadanía civil”, el de los derechos individuales; el siglo XIX es el de la “ciudadanía política”, que gira en torno de la ampliación (masculina) del derecho al voto y el siglo XX es, finalmente, el de la “ciudadanía social”, expresada en una serie de derechos legalmente reconocidos a los trabajadores y a los sectores más pobres de la sociedad. El optimismo de la periodización expresa el clima de la época en que fue pronunciada, en la situación de la segunda posguerra, la reconstrucción de las economías europeas y el comienzo de los Estados de Bienestar en la zona más desarrollada del mundo. Más que por ese ingenuo esquema evolucionista, las reflexiones de Marshall adquieren actualidad, en cuanto colocan en el centro las relaciones tensas y contradictorias entre la sociedad capitalista y la ciudadanía. La ciudadanía es pensada como pertenencia a la comunidad nacional; una pertenencia que tiene como requisito central la construcción de un piso básico de derechos dentro de una sociedad sistemáticamente creadora de desigualdades, como la que gira en torno al capital. Marshall dice que el concepto de ciudadanía ha llegado a ser “el arquitecto de una desigualdad social legitimada”.

Los llamados “derechos sociales” son el núcleo duro de la ciudadanía contemporánea. Funcionan como un pacto de clases, en el que las desigualdades originadas en la economía se compensan con un conjunto de prestaciones sociales que permiten vivir a todos como personas “civilizadas”. Buena parte de la doctrina de la ciudadanía social surgió de los sectores más lúcidos de la burguesía y no tuvo ninguna revolución social en su agenda; era más bien una ideología pragmática que completaba en clave sociológica las claves de política económica fundadas por Lord Keyness. Razonablemente la izquierda partidaria de la revolución impugnaba el discurso de la ciudadanía como relato embellecedor del capitalismo y ocultador de sus tendencias inevitables a la concentración de la riqueza y al crecimiento de la desigualdad. Es en ese registro que el entonces coronel Perón les habló a los empresarios en la Bolsa de Comercio, en agosto de 1944. Allí presentó su proyecto de justicia social, sustentado en una fuerte representación sindical de los trabajadores, como única alternativa a la radicalización de las masas y su inevitable consecuencia, la guerra civil.

A pesar de nuestro culto a la propia excepcionalidad, nuestro país atravesó, a su manera, las grandes peripecias mundiales de las últimas décadas. Conoció su estado social de la mano del peronismo a partir de 1945, con llamativa simultaneidad a la generalización de las conquistas obreras en el mundo, particularmente en Europa. Vivió la crisis y la derrota de las políticas de industrialización y redistribución de los recursos, basadas sobre una fuerte intervención estatal, desde mediados de los setenta del siglo pasado, a partir de la gran crisis del capitalismo de entonces y el comienzo de su reestructuración bajo la égida del capital financiero. Nuestra dictadura fue, junto con la chilena, una de las experiencias del laboratorio neoliberal, en la dirección que adquiriría potencia mundial con los gobiernos de Thatcher en Gran Bretaña y Reagan en Estados Unidos. En 1989, mientras la caída del muro de Berlín señalaba el fin del campo socialista hegemonizado por la Unión Soviética, el nacimiento de la breve experiencia del mundo unipolar y el consenso universal del neoliberalismo, en Argentina comenzaba una nueva etapa de la reconversión estructural, cultural y política del país, bajo el imperio de esa ideología. Sin forzar demasiado el esquema teórico, podemos aceptar que estos tiempos, los del nuevo siglo, son tiempos de crisis de la ciudadanía. No es solamente una época de restricción de los derechos laborales y sociales –que también lo es, como lo atestiguan las políticas europeas de la “austeridad” y el rumbo autoritario e imperial que profundiza la primera potencia mundial– sino que es una instancia de segregación de cientos de millones de seres humanos sumergidos en la pérdida de los más elementales derechos civiles y políticos, como lo revela la llamada “crisis humanitaria” que sufren masas de personas de Africa y el Oriente medio, emigrados hacia una Europa cada vez menos hospitalaria y en pronunciado giro xenófobo y racista.

Los doce últimos años en la Argentina son dignos de ser pensados en clave de historia de la ciudadanía. El capitalismo argentino no dejó de ser creador y reproductor de enormes desigualdades (laborales, medioambientales, regionales, de género y otras). No se eliminó la pobreza ni la exclusión social. Sin embargo, tuvimos un Estado actuando a contracorriente, interviniendo, redistribuyendo, activando y politizando regiones de la convivencia social que estaban enterradas en la naturalización (“pobres habrá siempre”, pontificó Menem en su momento). Se ampliaron derechos, se incorporaron sectores antes marginados, se estableció la solidaridad como valor central a desarrollar (la patria es el otro). Basta para establecer este juicio el contraste con la crueldad estatal desplegada en estos meses con la megadevaluación, los tarifazos, los despidos masivos, la represión de la protesta laboral y la criminalización de la protesta social como el que sostiene la ilegal detención de Milagros Sala. De manera que la fórmula del frente ciudadano podría ser interpretada como un amplio acuerdo en defensa de la ciudadanía, entendida esta última como pertenencia a la comunidad y derecho de participación en el patrimonio común.

La ciudadanía sigue teniendo su sede en el Estado nacional. No significa que la calidad de su ejercicio en ese ámbito no esté condicionada por la profunda crisis del capitalismo mundial, por la escandalosa concentración de la riqueza y el poder a escala planetaria, o por el carácter predatorio y timbero que ha adquirido el funcionamiento de las finanzas globales (el caso de los Panama Papers ilustra la masiva inclusión de los ricos entre los ricos de nuestro país en este paradigma). Pero la fantasía de una ciudadanía global que predominó en la década de los noventa ha cedido su lugar a la evidencia de que la única sede posible de los derechos ciudadanos está alojada en la política nacional, la única en la que funciona el incompleto principio de “un ciudadano/a-un voto”. Ciudadanía es un nombre posible de la patria, como sede de la pertenencia común. Como la muestra la experiencia de la última década –particularmente en el sur de América– existen espacios de soberanía y autonomía de la política respecto de los poderes globales, cuya exploración le da a la política el único sentido que puede legitimarla.
Frente ciudadano no es entonces una estructura, ni un molde al que adaptar la realidad política. Es la construcción de un principio de diferenciación central para la disputa política. Un principio que no separa a un partido o a una coalición de otra, ni a un dirigente de otro, sino que postula la defensa del ejercicio de la ciudadanía como el motor que le puede dar impulso a una práctica política. Una concepción que proyecta el debate más allá de los episodios electorales. Que lo coloca en el lugar del “buen vivir” que evocan nuestras culturas originales. Que entronca con la tradición de lucha de los trabajadores, de los sin tierra y sin techo y las une con el vasto universo de quienes necesitan políticas públicas que protejan a los vulnerables y que defiendan el desarrollo autónomo del país.

4- COMENTARIO DE
Mito Costa
En la historia argentina, existen dos líneas históricas de pensamiento, que responden, naturalmente a dos modelos de pais totalmente distinto, por un lado la línea histórica nacional y popular, representada por San Martín, los caudillos federales, Rosas, Irigoyen, Perón, Alfonsín, Néstor Kirchner y Cristina y por el otro la conservadora, oligárquica y neoliberal, representada por Rivadavia, Mitre, Roca, Alvear, Braden y la Unión Democrática, las dictaduras civico militares y la última expresión de neoliberalismo Menem-De larrua. Las terceras opciones o alternativas que suelen aparecer, son falsas, son generalmente funcionales al modelo conservador, de manera que la genuina diversidad y pluralismo de ideas, se da dentro de los parámetros de cada uno de los dos modelos históricos, aquí no hay zonas grises, es blanco o negro, aunque muchos dirigentes seducidos por el oportunismo, haciéndose los conciliadores o creyéndose estar sobre el bien y el mal, no lo admitan, se trata ésta de una actitud hipócrita que sigue siendo funcional a las opciones antipopulares. Hoy para la opción nacional y popular, la ex presidenta Cristina Fernandez de Kirchner propone una importante herramienta, la construcción de un GRAN FRENTE CIUDADANO,amplio, pluralista, abarcativo, donde confluirán todos los sectores de la sociedad, trabajadorers, estudiantes, empresarios, artistas, representantes de todas las ramas del arte, jóvenes, jubilados, profesionales, científicos, etc. respetando todas las ideas, todas las creencias,todos los mecanismos democráticos de la militancia política, del otro lado y con los mismos derechos, estarán todos los sectores representates del neoliberalismo, del achicamiento del Estado, de los que priorizan sus privilegios por sobre los intereses populares, esto es legítimo, se trata de la compulsa y confrontación de dos modelos antagónicos del pais, entonces no cabe el vedetismo de las terceras alternativas falsas y truchas, que sólo alimentan a las opciones antipopulares. Hay que decirlo sin prejuicios en nuestro pais y en Latinoamérica, no se puede quedar bien con Dios y con el diablo, o es blanco o es negro, el gris es nocivo.PATRIA SI!!!F COLONIA NO!!! LIBERACION O DEPENDENCIA!!!! dijo Evita, "LA PATRIA DEJARÁ DE SER COLONIA, O LA BANDERA FLAMEARÁ SOBRE SUS RUINAS"